lunes, 8 de junio de 2009

Una de Viquingos

Seguramente mucho de nosotros conocemos parte de la historia de los vikingos, esta etnia de origen escandinavo, bien capacitada para la navegación y que con sus drakkars1 y su audacia acechaban los mares para realizar exploraciones por lugares costeros, con el afán de adquirir un buen botín sin preocuparse demasiado en la conquista de nuevos territorios, aunque sin duda sus desembarcos eran sinónimos de crueldad y saqueos, que causaban gran temor en las poblaciones afectadas por estas incursiones. Lo que probablemente muchos desconocen es la llegada de este pueblo vikingo a nuestra tierra, invadiendo Sevilla y que dentro de este marco histórico los acontecimientos los unen a la historia de nuestro pueblo, Morón. Nos remontamos al año 844, en un periodo de dominio musulmán en la Península Ibérica. Es en estos momentos cuando se produce la plena organización del Emirato de Córdoba a manos de Abderramán II, quién consigue una rápida islamización de la Península reduciendo de manera considerable el número de cristianos, en un momento donde además Al-andalus comienza a vivir el esplendor cultural andalusí, por el fomento del Emir de las ciencias, las artes y la industria. Es estas fechas cuando una expedición de normandos se dirige hasta la capital hispalense bajando por la costa Atlántica, saqueando a su paso lugares como Galicia, Lisboa y Cádiz, finalmente a la llegada de la desembocadura del Guadalquivir, una flota de unas 50 naves vikingas llegan hasta Isla menor ascendiendo por el cauce del río, allí se asientan durante unos días. Pronto deciden atacar y arrasar la ciudad de Sevilla, el asedio fue rápido y brutal, fueron siete días marcados por la crueldad y dureza característica de este tipo de asedio, provocando un gran número de pérdidas humanas y aglutinando a gran cantidad de rehenes, la dureza de los vikingos se ensañó con la población musulmana, incluso algún cronista de la época relata que era tal el ansia de lucha por parte de los normandos, que a un grupo de ancianos que se habían refugiado en una mezquita los asesinaron sin piedad, desde aquel momento pasó a llamarse “la mezquita de los mártires”, hasta la propia mezquita Ibn Adabbas 2 fue profanada, el emir no dudó en huir hacia Carmona para salvarse de la masacre. La ciudad por tanto queda pronto sin defensas al no poseer efectivos humanos. Pronto el Emir Abderramán II aglutinó al ejército fronterizo para contrarrestar el ataque Vikingo, éstos tenían la intención de penetrar con jinetes a caballo hacia el interior, a zonas como Carmona y Morón. Es por ello que el ejército musulmán preparó una emboscada, desencadenándose una batalla campal, en los terrenos donde se sitúa actualmente Tablada. Los resultados fueron negativos para los invasores normandos, sufrieron multitud de bajas y alrededor de unos 400 fueron hechos prisioneros, la mayoría de ellos fueron ejecutados sin piedad y sus cabezas fueron cortadas y éstas colgadas en las ramas de las palmeras de la ciudad, para constatar quienes habían sido los vencedores, una imagen grotesca que contribuyó a que un grupo de vikingos huyeran río abajo, intentando desembarcar sin éxito en Niebla y en el Algarve.De los rehenes supervivientes, hubo un grupo reducido al que se les concedió la libertad y se les permitió formar parte de la sociedad musulmana del momento, con la condición de convertirse al Islam, los llamados muladíes3. Posteriormente ellos mismos contribuyeron a aportar técnicas en materia de navegación, decisivas tras la idea del emir Abderramán de construir una atarazana para la fabricación de barcos y así con ello prevenir futuros ataques navales, como los acontecidos en este año. Este grupo de muladíes normandos que permanecieron en la ciudad deciden finalmente dividirse, partiendo un grupo hacia Coria del río, otro se dirigió a Carmona y un tercer grupo decide instalarse aquí en Morón, donde se integraron por completo con la población moronense, dedicándose a criar ganado y a la producción de lácteos, principalmente de quesos. La convivencia fue pacífica y pronto divulgaron sus técnicas entre la población islámica residente en aquellos momentos en nuestra ciudad.En años posteriores, sin darse por vencidos, hubo nuevos intentos de incursiones vikingas en Sevilla, concretamente en los años 966 y 971, con el objetivo de obtener oro y plata, puesto que la ciudad contaba con enormes riquezas. Para ese entonces el Califato disponía de una gran flota preparada para combatir, que hizo que se repitiera el desastre de los normandos del año 844, el ejército Omeya se mostró muy efectivo y rechazó con éxito las razzias por parte de los normandos. En posteriores visitas la intención de los Varegos cambia de rumbo y tienen la finalidad de conseguir relaciones diplomáticas y de intercambio cultural.Por todo ello aunque, no sin falta de argumento, la presencia del pueblo vikingo en Al-Andalus tenga un tono negativo y aterrador por su carácter guerrero y violento. En cierta manera podemos decir que esta comunidad escandinava, tuvo su influencia en la historia no sólo el mundo andalusí, sino en la Europa del momento. Aquí en la Península tras la resistencia demostrada por el ejército musulmán en años posteriores, posiblemente por las técnicas aprendidas de los propios normandos, hubo un intento de acercamiento y de intercambio comercial entre dos mundos completamente diferentes, que terminó de forma definitiva hacia comienzos del siglo XII.

INMA MORÓN


1 Drakkars, naves que empleaban los vikingos para sus desplazamientos marítimos, que alcanzaban gran velocidad y adornadas tanto en proa como en popa por cabezas de dragones.2 Ibn Addabas, mezquita levantada en el año…. Situada en la actual Iglesia del Salvador3 Muladí, grupo social que adopta la lengua, costumbres y religión del Islam

Una Epoca

En el paraíso de nuestra juventud no percibíamos el azufre del jardín. Después de la anosmia vino otra generación y lo cambió todo, AMGD*
Cualquiera que sea su mundo, cultura o religión, el joven de veinte años se fijará antes en la roja manzana del árbol, que en el paisaje del que el árbol forma parte. Con esta metáfora queremos significar que el color de la misma cosa cambia, según el cristal –en este caso el cristal del tiempo—con que se mira.
Estos apuntes para la revista MC2, quincuagésima octava de las que me llaman a colaborar, van a versar de la vida y de las cosas de los años cincuenta, que desde la perspectiva del siglo XXI, cobran una dimensión distinta, bastante diferente por cierto, que parece mentira, con lo hermosa que fue para los de mi quinta la época dorada de la juventud, la de los montes de orujo caliente en el llano de este nombre, refugio de los sin-techos; recuerdos de “el Arao”, “Pitillilo”, ”la Cantorala” “Cubitas”..., capitanes de una pléyade de hambrientos, al amor del alpechín recocido, las noches de invierno. ¡Qué buen colchón!, para yacer por vez primera con “La-del-bollo”, lugar hoy (¡Oh!), convertido en solaz de parque urbano, paradójicamente cerrado a la noche.
Gracias a la existencia de publicaciones periódicas en la localidad, la fantasía del escritor no podrá volar muy alto, pues lo escrito, escrito está, y no hay que darle más vueltas.
Es bien cierto que los periódicos de entonces, (“Arunci”, 1955-1962; “El Gallo”, julio-noviembre 1951), no decían que dieciséis años antes hubo una guerra, que el Reverendo Martín Clemens en sus predicaciones de hoy la llama, “la guerra incivil” y que todavía sufríamos las consecuencias del enfrentamiento, pues las cartillas que racionaban los víveres estuvieron vigentes hasta 1952, y que el hambre física no va a desaparecer de la casa obrera hasta bien avanzada la década de los 60, con el brutal éxodo registrado, aproximándose el nuestro a un cuarto de la población, la que rodaba por los andenes de Europa, o asentándose por las regiones más prósperas como Cataluña o los pueblos del Levante, de los que Hospitalet del Llobregat, o Denia absorben la mayor parte. Según residentes de este pueblo, en el cementerio de Denia, a finales de siglo, hay más tumbas de andaluces que de alicantinos. Morón, de 35.211 habitantes en 1955, cerca de cuarenta mil durante la construcción de la base americana, bajó a 27.918 diez años después. Este dato demográfico, no acaba de levantar cabeza.
Los que no tuvimos, o ni siquiera pudimos emigrar –¡Dichoso aquel que nace, vive y muere oyendo el agua de la misma fuente!—hacíamos de nuestra vida, lo que cualquier joven, en cualquier parte del mundo podía hacer: abrirse al amor, a la amistad y a la sana convivencia con los demás, en nuestro caso lastrados con los rombos curiales de la censura, y desde luego ceñidos obligatoriamente al pensamiento reinante, que fuera del régimen todo era insurrección o “contubernios judeo-masónicos”, en opinión del staff , “pecado de llama eterna”, según la S.M.I. (Santa Madre Iglesia).
Recuerdo que el primer artículo en letra impresa que publiqué (1956) fue para pedir públicamente a las autoridades civiles y al cura, que nos permitieran organizar nuestras propias fiestas privadas, como hacían en sus domicilios “los niños litri” (herederos de los pudientes) y tuve que firmar con seudónimo, aconsejado por el responsable del semanario, Pepe Aranda, para evitar complicaciones. Y aún así, éramos tan felices, que hasta nos inventamos una locución: en casa no comemos mucho, pero nos reímos tanto…

Juan J. García López

*Ad Mayorem Gloria Dei (por cierto que es el título de una novela mu güena de Ramón Pérez de Ayala)

I Semana de la Aviación

Coincidiendo con la llegada de la primavera, y con apenas dos semanas de intervalo, Sevilla se prepara para celebrar las dos grandes fiestas, que marcan su ser: Semana Santa y Feria recogen el carácter de la ciudad, de sus gentes y de su propia idiosincrasia.
Sin embargo en esta ocasión vamos a dejar de lado los dos grandes festejos sevillanos, para recordar un acontecimiento que sucedió, precisamente en el contexto de las Fiestas de Primavera, que cada año celebraba la ciudad, y con el cual, podemos reivindicar la importancia de Sevilla en la historia de la aviación y aeronáuticas españolas.
Para ello tendremos que remontarnos a principios del S. XX, concretamente al año 1910. En este año y después de la Semana Grande, la Comisión del Ayuntamiento de Sevilla, presidida por su Alcalde, alcanzó un acuerdo para organizar la I Semana de Aviación; esta tendría lugar del 1 al 7 de Abril del mismo año. Para su realización se crearon varios premios con una cuantía total de 20.000 pesetas y además el Ayuntamiento donó una copa de plata.
La Dehesa de Tablada fue elegida como campo de aviación. Eran unos terrenos llanos, con un césped corto y tupido y no tenían grandes obstáculos, ya que hasta principios del siglo XX, este resto de llanura aluvial situado al sur, e inmediato a la ciudad, constituía el ejido de la misma: lugar donde pastaban los ganados, destinados al abastecimiento de carne, de los mercados de la ciudad. Solo existían unas instalaciones deportivas, entre ellas un magnifico hipódromo, construido en 1880, que sería utilizado como aeródromo para tal fin.
El 26 de Marzo llegaron a la capital los aparatos Bleirot XI y los cuatro aviadores que participarían en el acontecimiento: Los franceses Külhing, Tyck y Barrier y el belga Olieslagers. Fue precisamente este último Ian Olieslagers quien a las 18:30 h, del 28 de Marzo de 1910 llevó a cabo en Sevilla, el primer vuelo que se realizó en Andalucía. El piloto belga deleitó a los sevillanos con un vuelo de exhibición a los mandos de su monoplano. Tan solo siete años después de la hazaña de los Wright, que consiguieron que volara una maquina con un motor mas pesado que el aire y construido a base de madera y telas, un pájaro de hierro planeaba por primera vez el cielo sevillano. Es en este momento, cuando la explanada de Tablada se convirtió en un lugar de referencia para el mundo de la aeronáutica.
La I Semana de la Aviación no pudo comenzar hasta el día 6, pues el fuerte viento lo impidió, los vuelos se continuaron durante los días siguientes terminando definitivamente el 10 de abril. La entrega de premios fue el broche final de las fiestas, concediéndose galardones al mejor lanzamiento o despegue, distancia y velocidad. Finalmente fue Olieslagers quien conquistó la copa de Sevilla.
Este sin duda fue el comienzo de una fecunda relación. El Ayuntamiento cederá en 1914 la dehesa de Tablada para habilitar una base aérea y aunque ésta no se inaugura hasta 1923, esos terrenos son escenario en los años siguientes, de varios hitos de la aviación civil española: como la primera travesía del Estrecho de Emilio Herrera y Ortiz Echagüe, los vuelos del 'Plus Ultra', hacia Palos, antes de poner rumbo a Buenos Aires, el 'Jesús del Gran Poder' un vuelo sin ayudas a la navegación, hacia Bahía (Brasil), la llegada durante la exposición del 29, del dirigible alemán Graf Zeppelín o el despegue en 1933 del 'Cuatro Vientos', pilotado por Collar y Barberán rumbo a Camagüey (Cuba), son solo algunos ejemplos.
Corriendo el calendario, Sevilla se convirtió en centro de referencia, y en torno a la aviación se desarrolló una floreciente industria aeronáutica, que propició que muchos de los míticos aeroplanos de la aviación española, salieran de las factorías sevillanas. En la actualidad está industria sigue haciendo historia con la participación en importantes proyectos.
No nos faltan por lo tanto motivos para recordar la importancia de la ciudad en la historia de la aviación española y, sobre todo aprovechar estas líneas, para valorar el esfuerzo de todos aquellos que consiguieron, con su trabajo, impulso e ilusión, que Sevilla pueda sentirse orgullosa de su trayectoria aeronáutica.

ESTHER GONZALEZ VALENZUELA

jueves, 21 de mayo de 2009

Salu2

Hubo un tiempo, donde Morón formaba una parte activa de la zona fronteriza conocida como Banda Morisca, zona limite entre el Islam y el cristianismo, con gran importancia económica, militar, religiosa que influyó no sólo en nuestra cultura sino en la de toda Europa........Es por ello que siempre tuve la inquietud de saber, como había sido nuestra ciudad en aquellos momentos, como fue aquella convivencia de la que aún hoy en día conservamos vestigios y de como en general, la religión, la economía y la política influía en nuestra historia particular.


Puesto que un pueblo sin conocer su historia, su pasado y su cultura es como un árbol sin raíces, proponemos desde MC2 este Blog, por ello esperamos que desde aquí y entre todos participemos y aportemos esas Curiosidades que conforman la Historia.


Inma Morón