lunes, 8 de junio de 2009

I Semana de la Aviación

Coincidiendo con la llegada de la primavera, y con apenas dos semanas de intervalo, Sevilla se prepara para celebrar las dos grandes fiestas, que marcan su ser: Semana Santa y Feria recogen el carácter de la ciudad, de sus gentes y de su propia idiosincrasia.
Sin embargo en esta ocasión vamos a dejar de lado los dos grandes festejos sevillanos, para recordar un acontecimiento que sucedió, precisamente en el contexto de las Fiestas de Primavera, que cada año celebraba la ciudad, y con el cual, podemos reivindicar la importancia de Sevilla en la historia de la aviación y aeronáuticas españolas.
Para ello tendremos que remontarnos a principios del S. XX, concretamente al año 1910. En este año y después de la Semana Grande, la Comisión del Ayuntamiento de Sevilla, presidida por su Alcalde, alcanzó un acuerdo para organizar la I Semana de Aviación; esta tendría lugar del 1 al 7 de Abril del mismo año. Para su realización se crearon varios premios con una cuantía total de 20.000 pesetas y además el Ayuntamiento donó una copa de plata.
La Dehesa de Tablada fue elegida como campo de aviación. Eran unos terrenos llanos, con un césped corto y tupido y no tenían grandes obstáculos, ya que hasta principios del siglo XX, este resto de llanura aluvial situado al sur, e inmediato a la ciudad, constituía el ejido de la misma: lugar donde pastaban los ganados, destinados al abastecimiento de carne, de los mercados de la ciudad. Solo existían unas instalaciones deportivas, entre ellas un magnifico hipódromo, construido en 1880, que sería utilizado como aeródromo para tal fin.
El 26 de Marzo llegaron a la capital los aparatos Bleirot XI y los cuatro aviadores que participarían en el acontecimiento: Los franceses Külhing, Tyck y Barrier y el belga Olieslagers. Fue precisamente este último Ian Olieslagers quien a las 18:30 h, del 28 de Marzo de 1910 llevó a cabo en Sevilla, el primer vuelo que se realizó en Andalucía. El piloto belga deleitó a los sevillanos con un vuelo de exhibición a los mandos de su monoplano. Tan solo siete años después de la hazaña de los Wright, que consiguieron que volara una maquina con un motor mas pesado que el aire y construido a base de madera y telas, un pájaro de hierro planeaba por primera vez el cielo sevillano. Es en este momento, cuando la explanada de Tablada se convirtió en un lugar de referencia para el mundo de la aeronáutica.
La I Semana de la Aviación no pudo comenzar hasta el día 6, pues el fuerte viento lo impidió, los vuelos se continuaron durante los días siguientes terminando definitivamente el 10 de abril. La entrega de premios fue el broche final de las fiestas, concediéndose galardones al mejor lanzamiento o despegue, distancia y velocidad. Finalmente fue Olieslagers quien conquistó la copa de Sevilla.
Este sin duda fue el comienzo de una fecunda relación. El Ayuntamiento cederá en 1914 la dehesa de Tablada para habilitar una base aérea y aunque ésta no se inaugura hasta 1923, esos terrenos son escenario en los años siguientes, de varios hitos de la aviación civil española: como la primera travesía del Estrecho de Emilio Herrera y Ortiz Echagüe, los vuelos del 'Plus Ultra', hacia Palos, antes de poner rumbo a Buenos Aires, el 'Jesús del Gran Poder' un vuelo sin ayudas a la navegación, hacia Bahía (Brasil), la llegada durante la exposición del 29, del dirigible alemán Graf Zeppelín o el despegue en 1933 del 'Cuatro Vientos', pilotado por Collar y Barberán rumbo a Camagüey (Cuba), son solo algunos ejemplos.
Corriendo el calendario, Sevilla se convirtió en centro de referencia, y en torno a la aviación se desarrolló una floreciente industria aeronáutica, que propició que muchos de los míticos aeroplanos de la aviación española, salieran de las factorías sevillanas. En la actualidad está industria sigue haciendo historia con la participación en importantes proyectos.
No nos faltan por lo tanto motivos para recordar la importancia de la ciudad en la historia de la aviación española y, sobre todo aprovechar estas líneas, para valorar el esfuerzo de todos aquellos que consiguieron, con su trabajo, impulso e ilusión, que Sevilla pueda sentirse orgullosa de su trayectoria aeronáutica.

ESTHER GONZALEZ VALENZUELA

1 comentario:

  1. La editorial Facediciones publicó en 2008 el trabajo titulado 'Huelva: Los peligros del cielo. Prevenciones del bando faccioso frente a ataques republicanos en 1936', de Juan José Antequera Luengo (edición e introducción), donde se recogen aspectos enriquecedores sobre esta cuestión. El libro relata que durante la II República española, la responsabilidad de la preparación
    ciudadana en materia de defensa aeroquímica recayó en un Comité Nacional. Una de sus misiones fue divulgar qué medidas tomar, si bien la práctica se centró, sobre todo, en la instrucción de las fuerzas de Asalto en el uso de caretas antigás. La gran guerra europea, referente para que el terror a los gases letales condujese a una mayor concienciación, quedaba lejos, en tiempo y espacio, para interesar a una ciudadanía ajena a ese género de violencias dantescas. El Comité contaba, como material instructivo emulable, con un folleto de propaganda escolar que en esos
    años distribuyó el Servicio Químico Militar de Italia, y que sirvió de base para la redacción, por el bando franquista, de manuales que informaran qué hacer frente a
    un ataque aéreo republicano, impresos, en ediciones de bolsillo, en las ciudades 'liberadas'. En Huelva, tomada por los rebeldes, se ordenó la constitución de una Junta de Defensa Antiaérea y la impresión del folleto 'Instrucciones a la población civil en caso de ataque de aviones', que hoy es una rareza
    bibliográfica, transcrito en este libro. Había transcurrido un cuarto de siglo desde que en 1910 un aeroplano despegara por primera vez en Sevilla. Para dar la bienvenida a ese vuelo inicial se editó en esa ciudad un folleto en latín, firmado
    por Hieronymus Cordoba («Schol. Piar.») y traducido por S.D. («discípulo del autor»), de título 'Aërio-Plano Carmen, Excmo. Senatui Noblique Populo Hispalensi dicatum (Canto al Aero-Plano, dedicado al Excmo. Ayuntamiento y Noble Pueblo de Sevilla)', joya entre los folletos rarísimos, aquí reproducido. Valga como contribución al centenario (1910-2010) del primer vuelo que registran las crónicas en la ciudad del Guadalquivir.

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